Ayer la maratón me dio una lección.
Ayer me dijo, “chaval, hoy vas a sufrir de lo lindo y te tendrás que demostrar que tienes los arrestos suficientes para llegar a meta sin desfallecer, dándolo todo, sin pensar en el dolor, sólo en conseguir lo que llevas tiempo deseando y soñando”.
Sólo puedo decir que fui disciplinado en ella. Esa es la disciplina a la que nos obliga para poder decir “soy maratoniano”.
Es una lección para la vida, no podemos pararnos ante las adversidades que nos vienen, no debemos. Hay que seguir adelante, por uno mismo, por los que nos rodean, por todo.
Os voy a contar que vi y sentí en la carrera, en la VI Maratón Cabberty Málaga 2015.
A las 5:30 sonó el despertador, aseo, desayuno y a vestirme. Había llegado el gran día.
Fui en autobús a la carrera, donde en el trayecto fui charlando con otros dos corredores. Cada uno con sus motivaciones y vivencias. Momento muy agradable.
Llegado a la salida fui directamente al guardarropa. Me fui encontrando con varios conocidos y nos deseamos suerte. Un poco de vaselina por allí, colocar el porta dorsal y seguir a disfrutando del ambiente. Las caras de cientos de personas, de distintas nacionalidades, hombres y mujeres, ¡que caras de emoción!. Algo indescriptible.
Foto junto al guardarropa
Un rodaje muy suave y al cajón.
Allí me encontré con Paloma y una amiga. Un momento de charla y ver como afrontábamos la carrera nos llevaron al inicio de la carrera.
Desde el principio llevamos un buen ritmo, siempre bajo los 5 min y en la mayoría bajo los 4:50. Bajo el túnel dirección Avda. Juan XXIII ya alcanzamos y sobrepasamos al grupo con las liebres de 3 horas 30 minutos. Ya íbamos en dirección al Palo.
El giro en la Playa del Chanquete permite cruzarse con muchos amigos y conocidos, con los que compartes amistad y confidencias. Es un tramo que me gusta mucho. Los saludos y ánimos son un constante.
Mi primacho Isco estaba en la zona esperando para echarme una foto. Me encanta esta. Es el momento de sacar una risa. Más tarde volvería a verlo, un fenómeno.
Llegamos al Paseo de Los Curas, y con el a la media maratón, con 1:41:04.
A partir de ahí, el trayecto hasta el Martín Carpena es para no pensar. Esa recta, con nadie animando, …… Ahí, pusimos el piloto automático, no hay otra, intentar mantener ritmo y no pensar en nada, sólo en correr y en quemar kilómetros.
El hermano de Paloma, Jorge, comenzó a acompañarnos con su bicicleta, dando ánimos y consejos. Ritmo, ritmo, concentrados, para delante, vamos!!!.
Foto echada por Jorge antes del estadio
Entramos al Estadio Ciudad de Málaga, donde estaba el km 27,68, en 02:13:39. Íbamos manteniendo el ritmo.
Comienzan las molestias en la pierna derecha. Sigo a lo mío, llevo con la pierna derecha tocada tiempo y no quiero pensar en las consecuencias.
Bajamos por la Avenida Europa y giramos hacia el Polígono San Rafael. A esa altura, la pierna me dijo que lo sentía, pero que la cosa iba a ser muy dura. Un grito salió de mi garganta, en algo o alguien me cagué, necesitaba sacar la rabia de mi.
Desde ese momento, poco a poco Paloma fue avanzando y yo, aun sin perder ritmo, no pude seguir con ella, pero decidí que la carrera no podría conmigo.
Estaba cerca el 34,5. Mis amigos del gimnasio VivaGim donde acudo a ponerme cachas y con los que salgo las veces que puedo a correr, estaban de voluntarios. Estaban sofocados dando frutas y líquido a los corredores. Hasta que no pasé junto a ellos ni se dieron cuenta. Me gritaron y dieron ánimos. Hasta allí tenía que llegar.
Muchas gracias a todos ellos, a Alejandro, Mónica, Lourdes, Juanra, María, Gema y Pablo, por sus ánimos durante estos meses, por tantos mensajes de ánimo cuando tenía que parar por lesión y por las enhorabuenas cuando las cosas salían. Pronto varios debutarán en la Media Maratón de Málaga, y disfrutaré con ellos un gran día.
Mis amigos del Vivagim preparados para darlo todo
Hicieron un gran trabajo, por lo que han contad,o disfrutaron con los que iban bien, y sufrieron con los que iban menos bien. Hasta tuvieron que comprar agua por su cuenta, ya que el punto de avituallamiento se quedó sin agua y vasos. Me lo contaron con desesperación. Espero que esto no vuelva a ocurrir ya que en el del km 37,5 se pasó lo mismo, sin líquido y a esa altura no se puede consentir.
Así continuo por calle Hilera y giro hacia Armengual de la Mota, mucha gente allí animando, por fin. Y de nuevo vi a Martín Fiz como ya me pasó yendo hacia el Palo o en la media maratón. Pasar junto a un campeón del mundo, siendo como es para mi un ídolo, es una pasada. He de confesar que el año pasado el fue la liebre del 3 horas 30 minutos y una de las motivaciones que tenía para bajar dicha marca en los entrenos era el esperar que fuera de nuevo la liebre. Espero algún año poder correr junto a el.
La subida hasta el 38 se me hace terrorífica. Calambres, dolores, … y en un momento el femoral derecho se me subió a la nuca. A puñetazos de rabia lo conseguí relajar, puedo decir que le gané la pelea. No podía consentir el parar, no podía consentir en retirarme.
En la parte alta en el avituallamiento del km 37,5 mi mujer, Mónica, con Marcos y Hugo me esperaban para darme ánimos. Me invadió la emoción. Lo estaba pasando mal. Sus ánimos me dieron el impulso que necesitaba. Siempre están ahí, OS QUIERO!!!!!
Foto en el km 37,5 tomada por mi mujer
A escasos 200 metros mi primacho Isco estaba de nuevo esperando para sacar más fotos y darme ánimos. Con una bicicleta plegable había disfrutado de la carrera desde muchos puntos de ella. Muchas gracias!!.
Son fotos que me encantan, superando las adversidades.
Desde aquí, 3 kilómetros en los que no podía fallar, mantuve ritmo e incluso mejoré algo. Miraba el reloj y calculaba lo que me quedaba. No podía permitirme el no cumplir mi objetivo.
Ollerías, Álamos, Alcazabilla, Plaza del Obispo, Granada Larios. Bastante gente, muy poco ánimo al corredor. Una pena de mi gente. Algún día la sentirán como propia, espero….
Al final de calle Larios ya sabía que bajaría de 3 horas 30 minutos, y ya en el Paseo del Parque al ver el crono me dije que tenía que llegar por debajo de los 29 minutos, que estaba ahí.
Juanra estaba esperando para dar el último ánimo. Muchas gracias campeón.
Entré en meta, roto, porque sabía que podía haber hecho más y que la pierna no me dejó. La maratón nos pone en nuestro sitio, es lo que la engrandece y lo que hace que sigamos luchando por ella. Lo mejor es que en mi fuero interno sabía que me pasaría, supe convivir con ello antes de la carrera y abstraerme en ella, porque, por mucho que lo pasara mal, no permití que me hundiera.
Esto es filosofía de vida. Poner tu cuerpo contra las cuerdas, saber que lo vas a pasar mal de cojones, estar meses de preparación, de día, de noche, con el calor, el frio, la dieta, las lesiones,…. pero también bien, con las amistades que se crean, con la buena gente que conoces. Sobreponerte a la adversidad y no permitir que nada te pare, que nada te retire, que nada pueda con tu sueño, con lo que has peleado y deseas que sea una lucha hasta que el cuerpo algún día me diga que hasta ahí.
Una vez entré en meta, con mi meta cumplida, 3:28:58 rompí a llorar, desconsolado. Miguel, que buen tío corriendo se acercó a mi para abrazarme y consolarme. Sólo podía decirle entre sollozos “Miguel, lo he pasado muy mal, lo he pasado muy mal”. Gracias por el abrazo, de verdad.
Me impusieron la medalla, ese metal que todos deseamos, y la camiseta de finisher, que habrá que ponérsela para decir al mundo que terminé de nuevo la distancia de Filípides.
Me reencontré con Paloma, había hecho un tiempazo. 3 horas 23 min!!!, Enhorabuena de nuevo, te has marcado un carrerón de cojones. La felicidad que teníamos creo que se puede ver en esta foto:
Fotazas echadas por Fede, que se convierte en tradicional. Muchas gracias por ser el reportero de estos grandes días.
A partir de aquí dar las gracias a todos los que me habéis apoyado, desde la cercanía o lejanía, los compañeros de trabajo que se ríen de mis tontunas y que tienen que escuchar sobre mis entrenos, marcas, dietas y tal, de los amigos del gimnasio, que seguro van a conseguir los objetivos que ya están preparando. Punto y aparte tengo que dar las gracias a Ismael, por ayudarme a tener el tipito fino que se me ha quedado, que la talla S ya me queda holgada, muchas gracias por estar siempre que te he necesitado para cualquier consulta. Verás cuando se consolide el tema, ya verás. Y a Fernando Frapolli en especial, porque cuando la pierna me ha dicho basta, siempre ha salido al rescate, y ha conseguido que pudiera seguir en la brecha. No tengo palabras para agradecerte lo que has hecho. Si he podido correr ten seguro que ha sido por tus manos, mágicas. Ya sabes que quitando a las de Mónica, tus manos son las que me ponen de verdad. Y a Mónica, a Marcos y a Hugo, por permitirme que siga soñando y poniéndome el traje de Filípides, sin ustedes nada es posible.
Pues creo que me he quedado a gusto. Algo me he guardado, pero es que no os quiero aburrir más, y además, hay alguna cosa que me quiero guardar para mis adentros que son para sacarlo en el futuro, como motivación.
Sevilla 2016, espérame que voy a por ti. Siguen los objetivos y metas, esta ya ha quedado atrás, las hay nuevas.
Como siempre, y no me olvido de ello, hoy más que nunca:
#dearhardwork
#nopiensescorre
#dearhardwork
#carpediem