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domingo, 11 de mayo de 2014

YAGO LAMELA

La percepción que tuve de Yago Lamela cuando emergió su figura en el mundo del atletismo era el de un hombre altivo, algo egocéntrico. La realidad es que era un hombre con miedos y que buscaba suplirlos con prepotencia y arrogancia. Simplemente era una persona, con los miedos, deficiencias y faltas que todos tenemos, y todos creemos no poseer.

Finalmente se fué por un infarto de miocardio, con apenas 36 años, no fué nada externo, pero si fué la pena de la depresión que se puso a su lado y ya no dejó de acompañarlo.  Una enfermedad que seguro le fué minando durante mucho tiempo, enfermedad, como todas las mentales, incomprendida por la mayoria de nosotros.

En el deporte como en la vida existen los muñecos rotos, personas que no soportan ni el éxito ni la derrota. Yago fué por desgracia uno de ellos, un portentoso saltador (8.56 en pista cubierta que fué record europeo varios años) y medalla de plata en mundial frente al magnífico Iván Pedroso y que muchas lesiones lo dejaron en la cuneta.

Una pena que una persona tan joven, con toda una vida por delante nos deje tan pronto, pero a diferencia de muchos, dejó grandes logros para el atletismo español, y espero sea recordado como lo que fué, el mejor saltador español de todos los tiempos.

D.E.P.


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